¿Se está mascando la Refundación del PCE?

Hace pocos días, el Coordinador General de Izquierda Unida Gaspar Llamazares, anunció, sin esperar a los resultados de las elecciones municipales, una nueva Refundación de Izquierda Unida, con vistas a unas nuevas señas de identidad para las elecciones Generales de marzo de 2008.

Sin entrar a hacer valoraciones o predicciones de cuál va a ser la orientación de esta refundación, sí podemos hacer un breve semblante de la trayectoria de esta formación política que nos permita ver algunas ideas. De un tiempo a esta parte, Izquierda Unida, en los municipios donde ha estado presente (uno de los últimos bastiones donde IU mantiene unas nada despreciables posiciones electorales), hemos visto como se ha tirado por la borda el municipalismo de izquierdas defendido históricamente por el PCE e IU en sus inicios, para pasar a ser un mero intermediario entre la gestión pública y privada. Frente al patrimonio público municipal y el empleo de calidad que suponía defender un verdadero municipalismo consecuente, ahora IU asume los principios de la “competitividad” que corroen una genuina posición de clase. Los mismos dirigentes de IU en los ámbitos internos se quejan de que “lo público no funciona”, “los funcionarios no trabajan porque no tienen incentivos o no ven peligrar su empleo”, o “la gente es tonta porque no me vota”. ¿Conclusión que obtienen?, hay que girar más a la derecha. Y eso tiene múltiples consecuencias: apoyo a la Ley de Defensa Nacional, apoyo a la Ley Orgánica de Educación, un “no” silencioso ante la Reforma Laboral, etc. Pero también implica borrar una parte del pasado del que los dirigentes de Izquierda Unida parecen sentirse avergonzados.

Desde la debacle electoral de 2004, donde Izquierda Unida estuvo al límite para conseguir Grupo Parlamentario propio, teniendo que sumar los votos de IU a los de Iniciativa Per Catalunya, se está dando un enmarañado proceso por el cual está habiendo una clara diferenciación de dos sectores dentro de IU y dentro del PCE: frente a aquellos que quieren mantener unas señas de identidad más o menos claras a la izquierda del PSOE, otros quieren convertir ese referente en un modelo de partido verde, el equivalente a los ecopacifistas alemanes, y éste es el sector que encabeza Gaspar Llamazares. Luego todo indica que esta “refundación” no es otra cosa que una vuelta de tuerca más para asfixiar al PCE o, en su caso, disolverlo.

Los dirigentes del PCE son conscientes de esta deriva derechista de IU. Han visto su apuesta política se ha convertido de manera más clara en un monstruo que ahora intenta asesinar a su creador. No han sido pocos los dirigentes de la coalición que han rebuznado contra el comunismo y contra el PCE, y éste se ha visto en un proceso de acorralamiento interno que pone realmente en peligro su viabilidad y existencia. Es lo que algunos dirigentes del Partido han llamado “Segunda clandestinidad” o “Segunda Transición” que el PCE se auto impuesto.

Pero la cúpula del Partido bien sabe que tiene escasas alternativas. Hasta ahora solo hemos podido ver escasas declaraciones de intenciones, ambiguas, que no marcaban una tendencia clara. Bien saben que bajo el paraguas de Izquierda Unida su capacidad de movimiento es escasa, y que en poco tiempo veremos de manera mucho más aguda una auténtica caza de brujas en la coalición. La cúpula del PCE tiene una única alternativa si quiere sobrevivir: frente a una Refundación a la derecha de IU, una Refundación a la izquierda del PCE.

Las entradas y bonos de ayuda para la Fiesta del PCE parece que nos indican algo: nuevo logotipo (casi calcado del que tiene el Partido Comunista Portugués) y nuevos lemas. Tenemos el verano por delante, y la Fiesta del Partido es en septiembre. Es posible que entonces tengamos noticias del futuro del PCE, pero hasta entonces la pregunta sigue en el aire: ¿se está mascando la refundación del PCE?.